Pobre de
aquel
cuyo amor
se vuelve orgullo
y en su
corazón no habita más
que su
escudo usado como arma
Pobre de
aquel
cuyo amor
se vuelve auto compasión
y en su brillo
no hay mas
que el reflejo de otra oscuridad
Pobre de mí
que en
mis hombros viven
alternándose
ambos
demonios