miércoles, 30 de enero de 2019

La vida está hecha de pequeñas escenas que se entrelazan, aderezadas con buenos y malos momentos. Sangre y dolor, vida y color, risas y lágrimas. La vida se abre paso aún mientras la muerte acecha, y el toque frío del adiós deja un amargo sabor a soledad, que siempre llega con el final. Pero si uno decide darle importancia a los sentimientos, hay que recoger aquello que es importante. Dado que lo sagrado no permanece intacto, sino que es pisoteado por la realidad, hasta que se amolda a la huella del alma.

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